miércoles, 29 de abril de 2009

LA DESERTIZACIÓN
La desertización es la degradación de las tierras (el suelo, los recursos hídricos locales, la superficie de la tierra y la vegetación y las cosechas) en zonas secas, debida fundamentalmente al impacto humano.
El término fue acuñado en 1949 por un silvicultor francés que trabajaba en África occidental y lo empleaba para describir la destrucción gradual de los bosques de las zonas húmedas adyacentes al desierto del Sahara, hasta que éstos desaparecían y el área se hacía más desértica. Después, la desertización ha sido identificada como uno de una serie de procesos que afectan a las tierras secas de todo el mundo. Estos procesos incluyen la erosión por el agua y el viento, junto con las sedimentaciones producidas por ambos agentes, la disminución a largo plazo de la diversidad de la vegetación natural y la salinización.
Cabe decir que la desertización fue el primer problema ambiental en ser considerado de carácter global, reconocimiento que quedó formalizado en la Conferencia sobre Desertización de las Naciones Unidas (ONU), celebrada en Nairobi en 1977. En esta conferencia se elaboró un mapa de los desiertos, en el que España fue el único país de Europa Occidental incluido con un índice muy alto de desertización en todo el sureste español. Desde entonces, se ha puesto en manos del Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas (UNEP) la coordinación de un intento global de combatir el problema. Según las estimaciones de 1992 de la UNEP, en todo el mundo están afectados cerca de 3.590 millones de ha (35,9 millones de km2), en su mayor parte en forma de vegetación degradada en tierras empleadas para el pastoreo.
* Tipos de desertización:
El sobrepastoreo es el resultado de mantener demasiado ganado en una superficie dedicada a pastos, y tiene como resultado la pérdida de especies comestibles y el consiguiente crecimiento de especies no comestibles. Si la excesiva presión de pastoreo continúa, la pérdida de la cubierta vegetal puede llevar a la erosión del suelo. Otros mecanismos, frecuentemente aludidos, por los que la mala gestión del hombre produce desertización incluyen: la sobreexplotación, en la que el suelo se agota por la pérdida de nutrientes y la erosión; la tala excesiva de vegetación, a menudo para leña; el uso de técnicas agrícolas rudimentarias y prácticas poco apropiadas, y la mala gestión de los programas de irrigación, que conduce a la salinización del suelo.
La sobreexplotación se produce por el acortamiento de los periodos que las tierras quedan en barbecho, es decir, libres de todo cultivo o por el uso de técnicas mecánicas que producen una pérdida generalizada de suelo.
Los bosques y forestas se talan por diversos motivos, por ejemplo para crear tierras agrícolas y pastizales, pero el caso más grave de desertización por esta causa es la llamada crisis de la leña, característica de muchas tierras secas de los países en desarrollo. La recolección de leña en las inmediaciones de las ciudades del Sahel, la región más afectada, ha tenido como resultado la desaparición casi total de los árboles alrededor de las principales ciudades.
La salinización es uno de los ejemplos más claros de desertización inducida por el hombre, y afecta a casi una quinta parte de todas las tierras de regadío de Australia y Estados Unidos y a un tercio de las de países como Egipto, Pakistán y Siria. La excesiva concentración de sales en los suelos irrigados afecta adversamente al rendimiento de las cosechas y puede llegar a matar las plantas.
* LA DESERTIFICACIÓN:
La desertificación es la pérdida de la productividad y complejidad biológica o económica que afecta tanto al suelo dedicado a cultivos de secano, regadío o de montaña, como pastizales o bosques, consecuencia de los procesos de erosión del suelo y deterioro de sus propiedades, y que ocasiona la pérdida de la vegetación natural a largo plazo.

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